Degustación Sensorial del Jamón Ibérico

Degustación Sensorial del Jamón Ibérico


EL JAMÓN IBÉRICO, UN PLACER QUE SE DISFRUTA CON TODOS LOS SENTIDOS

Disfrutar del Jamón Ibérico es, sin duda, una experiencia multisensorial. Por eso queremos enseñarte todos los trucos para que puedas diferenciarlo y gozar de su degustación al máximo utilizando los sentidos.

Aquí aprenderás cómo realizar una cata profesional de Jamón Ibérico en tu casa, a través de sencillos consejos, basados en las enseñanzas de profesionales expertos del SIPA (Servicio de análisis e Innovación en Productos de origen Animal). ¿A qué esperas para emprender este apasionante viaje a través de los sentidos?

VISTA

Con la VISTA apreciaremos la apariencia exterior de la pieza. Alargada, estilizada y una caña muy fina son aspectos visuales diferenciales de los Jamones Ibéricos.

A través de la vista también debemos fijarnos en la grasa exterior que cubre la pieza. Si posee una tonalidad amarillenta y se hunde al tacto con facilidad, entonces estamos ante un Jamón Ibérico.

Por último, sus lonchas aparecen dibujadas por un veteado característico y único. Unas brillantes y finas vetas blancas que contrastan perfectamente con el rojo intenso de la loncha y aportan ese aroma, sabor e intensidad tan exclusivos.

TACTO

Precisamente ese veteado característico del Jamón Ibérico es el responsable de una textura suave y frágil, gracias a la grasa infiltrada brillante que se expande y se funde al tacto en cada loncha.

Una textura muy agradable y con el grado de dureza necesario para favorecer la masticación suficiente que provoque esa explosión de sabor en nuestro paladar tan particular.

OLFATO

Tras la vista, toca hablar del sentido del olfato. Con él apreciaremos el aroma, uno de los aspectos del Jamón Ibérico más complejos de percibir, pues se capta tanto en la nariz como en la boca. Si disfrutamos de un aroma a curado, intenso, agradable y equilibrado, estamos ante un Jamón Ibérico.

GUSTO

Y por supuesto, no podíamos terminar una cata sensorial de Jamón Ibérico sin hablar del gusto, un sentido estrechamente ligado con el olfato. Los aromas se captan tanto en la nariz como en el instante de introducir la loncha en nuestro paladar. En ese momento, nuestro sentido del olfato comparte sensaciones con el gusto y contribuye a esa explosión de sabor intenso tan característico del Jamón Ibérico. Matices dulces, salados y curados confluyen en el umami, ese quinto sabor sutil, prolongado y tan difícil de describir que estimula nuestro paladar.

Un instante de máximo disfrute que da comienzo incluso antes de saborearlo, cuando empezamos a oler el Jamón Ibérico. Un instante en la boca, un recuerdo eterno.